Login

Lost your password?
Don't have an account? Sign Up

Pastoral social y misión evangelizadora

Pastorales

Somos profecía…Somos creatividad…La hora es ya…

Hoy vivimos  un tiempo complejo, donde solo la compañía del Señor Jesús, nos:

•     Urge

•     Muestra y habla claro a nuestras vidas

•     Genera estados de apertura e intención recta ante la escucha de su palabra

Queriendo entender desde la misma, los direccionamientos de nuestro quehacer apostólico, en tiempos de pandemia y post-pandemia

Experimentando la vulnerabilidad de nuestra vida, que adquiere toda la fortaleza y esperanza en Jesús Resucitado, que nos envía a su madre María, para decirnos muy quedo en nuestros corazones “Haced todo lo que él os diga”

Hoy deben desaparecer los individualismos, se trata de compromisos comunitarios importantes, en favor de aquellos que dejaron de contar para la sociedad, aquellos que erróneamente llaman invisibles, aquellos que para Jesús, son los amados, los pobres.

En distintos momentos la Iglesia nos exhorta, nos anima y nos lanza a buscar a los pobres, descubriendo en ellos la presencia misma de Jesús:

“La Iglesia ha sido animada a abrir sus puertas para salir con el Señor, al encuentro de sus hijos e hijas en caminos, a veces inciertos y a veces perdidos, en estos tiempos difíciles. La Iglesia debe ser reconocida, en todos los rincones de la tierra, es decir, como el ámbito en el que se custodia al Dios que llama, como la acogida de un Dios que no cierra la puerta, con la excusa que no somos de esa casa. La puerta no debe ser forzada, al contrario se pide permiso, porque la hospitalidad resplandece en la libertad de la acogida…la puerta se abre frecuentemente, para ver si alguno está a la espera, y tal vez no tiene la valentía, o ni siquiera la fuerza de tocar.” (Catequesis del miércoles – 18 de noviembre 2015)

En la Evangelii Gaudium el Papa nos anima a:

“Cuando la Iglesia convoca a la tarea Evangelizadora, no hace más, que indicar a los cristianos, el verdadero dinamismo de la realización personal: “Aquí descubrimos otra ley profunda de la realidad, que la vida se alcanza y madura, a medida que se entrega, para dar la vida a los otros. Eso es en definitiva la misión…recobremos y acrecentemos el fervor, “la dulce y confortadora alegría de Evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas…ojalá el mundo actual, que busca a veces con angustias, a veces con esperanza  pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes y ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, invadidos de la acción del Espíritu Santo , cuya vida irradia, el fervor de quienes lo han recibido, ante todo, en sí mismos, esa alegría que es Cristo….

La evangelización obedece al mandato misionero de Jesús: “Id y haced que todos los pueblos…” (Mt 28,19- 20) En estos momentos en el cual el Resucitado envía a los suyos a predicar el Evangelio, en todo tiempo y por todas partes, de manera que la fe en él, se difunda, en cada rincón de la tierra, para lo cual se necesita una Iglesia en salida.

En la palabra de Dios aparece permanente este dinamismo de “salida” que Dios quiere provocar en los creyentes.

En este “id” de Jesús, están presentes todos los escenarios y los desafíos, siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia y todos estamos llamados a esta nueva “salida” misionera.

Somos profetas, somos consagradas para servir  donde las necesidades de la Iglesia nos interpelen, donde nuestro Padre Fundador, Don Pedro Legaria  hubiera llegado con nuestro carisma actual y urgente a responder, de forma creativa , con su gesto, su palabra y su cercanía a aliviar el dolor del pobre y marginado, a quienes nos duele muchas veces, llamar hermano nuestro.

También se le da  Mayor Gloria a Dios  en nuestros hermanos los pobres y los excluidos de la sociedad.

Sintamos esta urgencia  vital dentro de la Iglesia y respondamos con un Corazón Grande, a este reto que hoy se nos ofrece desde la Evangelización.

La Hora Es Ya…