Don Pedro Legaría (Fundador de las Esclavas de Cristo Rey), fue un hombre que fomentó una forma de educar en los principios cristianos para la salvación de las almas y basó su trabajo en el dar siempre el “MAS” en el encuentro con el otro. De ahí, que las Esclavas de Cristo Rey encontraron en la pedagogía Legariana una forma de instrucción desde el amor, el respeto y la humildad, en donde se valora de manera especial la diferencia que hace especial al ser humano.

Esta pedagogía permite forjar una relación, es un arte marcado desde las experiencias, los valores y el discernimiento que hace del hombre un ser único y especial, logrando dinamizar su proceso de aprendizaje.

La Pedagogía Legariana no solo se limita al desarrollo académico-intelectual, sino que además trabaja por una educación integral que vincule otras dimensiones del ser humano; se preocupe por el desarrollo y el poder espiritual, por favorecer actitudes de compasión y servicio, por formar en valores cristianos que lleven a nuestros niños/as y jóvenes a salir de sí mismos para ir al encuentro de los otros.

Identidad de nuestra propuesta educativa

•     Nuestras Instituciones Educativas son y realizan una misión evangelizadora, preparando personas comprometidas en la transformación del mundo de hoy.

•     Promueven la educación integral, según la concepción católica del hombre, del mundo y de la vida; su ideal educativo es Cristo.

•     Fomentan el espíritu Mariano, proponiendo a la virgen como modelo que invita a ofrecer la vida al servicio de los demás, con sencillez y alegría de corazón.

•     Fundamentan su tarea educativa en los principios y valores de su fundador, Pedro Legaria, que brotan de su vivencia de los Ejercicios espirituales.

•     Diseño de estilo inspirado en Paradigma Ignaciano concretado en la Pedagogía Legariana.

•     Desempeñan un papel primordial en la sociedad, en su regeneración y transmisión de valores espirituales y religiosos. Su acción incide especialmente en la familia, a quien reconoce como agente insustituible de renovación.

•     Viven el ideal de la unión y fraternidad caridad en la comunidad educativa; el carácter comunitario de sus colegios brota de su naturaleza cristiana generando fecundidad y coherencia a su acción.

•     Hacen de la educación un servicio a la sociedad y proyectan su acción en el entorno, abiertos a todos los que desean el tipo de enseñanza que imparten. Arraigados en la cultura de su tiempo e insertos en el lugar en que viven.